Las agresiones de tipo sexual conforman un fenómeno multicausal que se encuentra extendido en los diferentes ámbitos y estratos de la sociedad, sin importar el tipo de educación recibida, el nivel económico o la profesión del actor del delito ni de la víctima.
Tanto es así que, recientes investigaciones aportadas por el Ministerio de Interior (2018), revelan que el número de denuncias por violaciones va en aumento en la actualidad. Por otro lado, el Balance Trimestral de Criminalidad (2018) informa que “En el 2016 se denunciaban tres violaciones por día (…). En el primer trimestre de 2018 se denunciaban 4 violaciones cada día, una cada seis horas” (Atencio y Novo, 2018) .
Las causas de este aumento las podemos encontrar en multitud de factores. Si bien, desde una perspectiva positiva, estos datos son esperanzadores si nos aferrarnos a la idea de que actualmente existe una mayor conciencia de la problemática y las víctimas están más dispuestas a no dejarse llevar por el miedo para así denunciar y luchar contra sus agresores. Ya que no todo acaba aquí.
La otra parte de esta triste realidad es que existe un alto número de víctimas que no se encuentran entre los datos oficiales. Según expresa la presidenta de la Federación de Centros de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (CAVAS), Tina Alarcón, “Los datos que manejamos dicen que, de cada seis violaciones, solo se denuncia una”. Es decir, probabilísticamente se producen 20 violaciones al día en España que no son denunciadas (Atencio y Novo, 2018) .
¿Qué es lo que impide denunciar a estas víctimas?
Entre otras cuestiones como el miedo, la vergüenza a la estigmatización que pudiera sentir la víctima o la desconfianza en el sistema judicial, es cierto que, estamos ante un tipo de delito que normalmente se produce sin testigos, en la intimidad y en espacios solitarios u oscuros de difícil acceso para los transeúntes, lo que hace que sea muy difícil para la víctima demostrar la veracidad de lo ocurrido. No obstante, es importante informar que existe una herramienta que es muy potente judicialmente, y la cual consiste en aportar junto a la denuncia un informe pericial psicológico.
Dicho informe constituye uno de los elementos más valiosos en el proceso de búsqueda para el esclarecimiento de los hechos. Concretamente, en los casos de acoso o abusos sexuales se hace imprescindible, puesto que al no existir pruebas físicas que puedan valorar los médicos forenses, debemos acudir a evaluar la credibilidad del testimonio de las víctimas o huella de memoria, sobre todo en los casos de los menores; así como el daño y las secuelas psicológicas manifestadas en las mismas.
En este sentido, tal y como revelan distintas investigaciones publicadas por Pérez, Rudas y Baena (2016), en el 80% de los casos judiciales por delitos sexuales investigados, las conclusiones a las que llegan los jueces en su sentencia firme son concordantes con los resultados del informe psicológico-forense.
Si bien, lo más interesante de dichos estudios, es que, en los datos arrojados, se pudo obtener que “en un 91.7 % de sentencias de juicios celebrados, los magistrados españoles hacen referencia explícita a la pericial psicológica” (Rudas et al., 2016, 2018). Es decir que casi en la totalidad de los casos sobre agresiones o abusos sexuales, los jueces consideran los informes periciales psicológicos como pruebas científicamente válidas y fiables, en las que sustentar sus argumentaciones y justificar los hechos para dictar una sentencia firme: “En estas sentencias (delitos sexuales) se denotó un alto nivel de congruencia en la decisión del juez, otorgando gran utilidad y aceptación a la opinión emitida por el psicólogo perito” (Rudas et al., 2018).
Teniendo en cuenta lo anterior, desde la Unidad Pericial de Centro Psicosanitario Galiani queremos realizar un llamamiento a estas víctimas no denunciantes, aumentar la conciencia del problema, y animarlas a tomar las riendas para denunciar su situación, porque, en primer lugar, deben de tener presente que no están solas, que el sistema judicial las protege. Y, por otro lado, que existen herramientas alternativas, con las que psicólogos forenses cuentan para realizar peritajes, y las cuales constituyen una gran herramienta probatoria que permite demostrar judicialmente, que sus vivencias y sus palabras son ciertas.
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Referencias
- Atencio, G. y Novo, N. (2018). Agresiones sexuales múltiples en España. Informe 2016-2018. Geoviolencia Sexual. Recuperado de https://geoviolenciasexual.com/agresiones-sexuales-multiples-en-espana-informe-2016-2018/).
- Rudas, M., Baena, S., Crissien, T. J., Pérez, I. y Santolaya, J. (2018). Sentencia judicial, delito sexual y pericial psicológica: enfoque transcultural. Universitas Psychologica, 17(2), 1-11.doi: https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy17-2.sjds
- Pérez, I., Rudas, M. y Baena, S. (2016). Peritajes psicológicos forenses en decisiones judiciales de primera instancia en delitos sexuales. Revista de Derecho, 46, 200-224.