En un pasado no tan lejano, el mayor miedo de las mujeres y las familias era que pudiese ocurrir un fallecimiento de la madre o del bebé durante el proceso de parto. Actualmente y gracias a los avances científicos, este miedo se ha apaciguado, pero sigue quedando un inevitable miedo al dolor.
Existen diversas teorías respecto al origen del dolor durante el parto y nacimiento desde las que consideran que dicho dolor proviene de un ineludible proceso físico, hasta aquellas que lo consideran un producto de la poderosa influencia cultural y el miedo a lo desconocido.
Otras teorías más recientes como la de Odent (2002) proponen que existe un dolor fisiológico situado en los límites de la normalidad y un dolor patológico o sufrimiento. Por lo tanto, las contracciones del útero provocarían un dolor fisiológico común a la especie humana que sería más o menos tolerable y esto dependería de la sensibilidad o tolerancia al dolor de cada mujer, quedando pues diferenciado el dolor del sufrimiento (en el que están implicados muchos otros factores además del factor físico).
Son muchos los factores que condicionan que un parto pueda ser vivido con o sin dolor o sufrimiento y es preciso nombrarlos, ya que de ellos depende la experiencia que pueda tener la mujer y su entorno del proceso de parto y nacimiento. Dichos factores pueden ser: tolerancia individual al dolor, percepción de encontrarse en un entorno seguro versus a uno hostil, encontrarse acompañada y apoyada por personas de su confianza, percepción de estar siendo atendida por profesionales que respeten sus decisiones y tiempos, posibilidad de acceder a métodos de alivio del dolor farmacológicos y no farmacológicos, libertad de movimientos, etc.
Actualmente, existen diversas formas de alivio del dolor durante el parto. La más conocida es la analgesia epidural, pero existen otras como los masajes, la inmersión en agua caliente, el uso del óxido nitroso, respiración, visualización…etc.
Cuando la mujer se encuentra en un entorno agradable, atendida por profesionales respetuosos con su proceso, acompañada por quien ella desea e informada de los diferentes métodos de alivio del dolor, es muy probable que considere la experiencia de su parto como gratificante, incluso si ha sentido dolor. Sin embargo, cuando el dolor ha jugado en contra de la experiencia del parto y ha sido vivido de manera traumática, puede afectar significativamente a la salud mental de la mujer y condicionar experiencias similares futuras.
Respetar las decisiones respecto a la opción que elija la mujer para el alivio de su dolor es fundamental para la atención humanizada del nacimiento, pero es preciso también que las mujeres conozcan las implicaciones que tienen los métodos de alivio del dolor que son farmacológicos y que de ese modo puedan decidir con criterio si los desean o no.
El dolor no deja de ser una herramienta que puede ser útil en el trabajo de parto fisiológicamente hablando, pero cuando este dolor no es contenido y tolerado, pasa a ser un sufrimiento que no sólo no resulta útil, sino que puede dificultarlo.
Desde Centro Psicosanitario Galiani queremos ofrecerte toda esta información de la mano de profesionales sanitarios que atienden a la mujer en este delicado proceso y que puedas decidir de manera activa en tu parto desde la seguridad que proporciona el conocimiento.
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Referencias
- Odent, M. (2002). El Granjero y el Obstetra. Buenos Aires: Editorial Creavida.