¿QUÉ SON LOS PENSAMIENTOS OBSESIVOS Y CÓMO APRENDER A GESTIONARLOS?
Imagina que has tenido uno de esos días intensos y emocionalmente duros. Estás agotado y al fin te dispones a afrontar el momento más deseado y placentero del día: meterte en la cama a descansar y dormir como te mereces. Y justo en ese preciso momento es cuando aparece esa voz que empieza a dar vueltas y vueltas por tu cabeza. Es similar a tu voz pero con un tono más inseguro y amenazante. Como es tu voz, como es lógico, la sigues a ver qué es lo que quiere. Empiezas a escucharla con suma atención para descubrir su demanda e intentas con todos tus recursos cognitivos ponerle solución a aquello que la intranquiliza. Una… otra… y otra vez… y así hasta que acabas tan agotado y desesperado que más que una solución, has encontrado un problema.
Si alguna vez has vivido o experimentado una situación similar a la que acabo de exponer, estás de enhorabuena, ya conoces a uno de tus pensamientos obsesivos. Y sí, he dicho enhorabuena, porque no creo que conocer una parte de ti, que hasta ese momento desconocías, sea una mala noticia. Lo único que convierte a los pensamientos obsesivos en una amenaza es el desconocimiento que tenemos sobre ellos a la hora de afrontarlos y gestionarlos. Pero si prestas atención a este artículo, seguro que cuando termines de leer has aprendido a manejarlos mejor.
En primer lugar, será necesario definirlos.
¿Qué son los pensamientos obsesivos?
Los pensamientos obsesivos son ideas que llegan a nuestra cabeza de manera involuntaria e intrusiva, y se dan con una intensidad emocional elevada, una frecuencia superior a la habitual y tienen una duración mayor a la de un pensamiento racional hasta convertirse en obsesiones.
Estas ideas irracionales muestran patrones repetitivos y reiterativos y suelen estar asociados a alguna emoción displacentera como el miedo o la culpa.
Estos pensamientos no tienen una hora ni un lugar de llegada, por lo que no podemos decidir cuándo vienen y cuándo no. Más bien todo lo contrario, cuanto más te esfuerces por controlarlos, tenderán a presentarse con más frecuencia, de manera circular y sin previo aviso.
Por ello, el inconveniente de los pensamientos obsesivos es, que como con otras cuestiones de la vida, cuanto más nos cuentan una historia, más nos la creemos. He ahí el elemento principal y rival a batir en cuanto a los pensamientos obsesivos se refiere: la fe y creencia de que la amenaza intrínseca del pensamiento obsesivo es real e incuestionable, que es lo que lo convierte en una tortura autodestructiva para quien los padece.
Causas de los pensamientos obsesivos
El origen de los pensamientos obsesivos puede ser muy variado, pero normalmente hablamos de que surgen con mayor probabilidad tras un período prolongado de estrés mantenido.
A veces será una discusión de pareja, otras el nivel de trabajo, algún problema familiar o un problema de salud. En fin, aquellas situaciones que puedan generar emociones como miedo, culpa, angustia… serán más afines a provocar pensamientos irracionales en nuestra cabeza.
Además, tendremos que tener en cuenta otros factores como el cansancio, la falta de sueño, el sedentarismo o la alimentación, que pueden fomentar la aparición de pensamientos obsesivos en el futuro.
¿Cómo podemos gestionar los pensamientos obsesivos?
“En la vida todo problema tiene solución, y si no tiene solución deberemos plantearnos si verdaderamente era un problema”.
El manejo de los pensamientos obsesivos no pasa por controlar que aparezcan, eso más bien sería caer en su trampa y, por lo tanto, contraproducente. Para una gestión adecuada de los mismos deberíamos intentar algunos de los siguientes consejos:
- Aceptación:
Nos guste más o menos, los pensamientos obsesivos habitan dentro de nosotros mismos, así que qué menos que respetarlos y aceptarlos como parte de nuestro ser.
Observa de manera consciente tu pensamiento. Sí, ese del cual te quieres deshacer. Es cierto que no te gusta y probablemente tú tampoco a él, pero tenéis que acostumbraros a convivir.
Reconócelo, obsérvalo en detalle y permite que esté presente el tiempo que tenga que estar. Analiza qué es lo que dice, cómo lo dice y qué te hace sentir.
A continuación, observarás que se va, y quizá luego vuelva, pero en este caso, nuestra reacción ya no estará dominada por una emoción displacentera, sino por una actitud de aceptación y consciencia. Ya somos más adaptativos que antes.
- Debate interno:
Ahora que sabemos qué tipo de pensamiento ha llegado a nuestra cabeza, ha llegado la hora de someterlo a debate.
Como os he comentado con anterioridad, el mayor problema de los pensamientos obsesivos es la creencia irrefutable de los mismos. Y eso precisamente es lo que vamos a desmontar: su credibilidad.
Para ello, nos colocaremos en el polo opuesto del pensamiento. Todo pensamiento lo tiene y no te resultará difícil darle la vuelta a esta situación.
Por ejemplo: “Soy una persona horrible y voy a hacerle daño a mi familia”. El polo opuesto sería: “Soy una persona amable y voy a tratar con cariño a mi familia”.
Por cierto, una pista, si de verdad eres un ser horrible, no te preocuparás por hacerle daño a nadie, simplemente lo harás sin más.
- Busca tu pensamiento obsesivo:
Otro de los problemas de los pensamientos obsesivos es la falta de sensación de control que tenemos sobre ellos. Por eso mismo, resulta muy eficaz dedicar un tiempo de nuestro día en buscarlos de manera consciente. De esta manera, ya no es el pensamiento el que llega sin avisar, sino que somos nosotros quienes lo buscamos sin avisarle. A continuación, como se ha explicado en el punto anterior, lo sometemos a debate. Si llegas a este paso es un gran punto a favor y notarás la diferencia.
- Técnicas de relajación y meditación:
Existen numerosas técnicas de relajación, como la respiración diafragmática o la relajación muscular progresiva, que pueden servirnos de ayuda para manejar las sensaciones fisiológicas adversas de la ansiedad.
Además, resulta de gran ayuda dedicar parte de nuestro tiempo a poner en marcha algunas meditaciones orientadas al manejo de la ansiedad y de los pensamientos obsesivos.
- Buscar ayuda profesional:
Por supuesto, si percibes que estos consejos no son suficientes y sientes que esta situación te domina acrecentando tu malestar, no dudes en contactar con profesionales de la Psicología que pueden ayudarte a afrontar juntos esta situación y así recuperar tu bienestar emocional.
En Centro Psicosanitario Galiani optamos por un abordaje integral de la persona, tenemos un Área de Psicología y Psiquiatría Clínica en el Adulto donde podemos trabajar todos esos pensamientos obsesivos que no te permiten avanzar y disfrutar de tu bienestar.