CONCILIAR EL SUEÑO: TRASTORNOS DEL SUEÑO EN ADULTOS MAYORES
Es sabido por todos que conforme vamos creciendo y acumulando años son menos las horas de sueño que disfrutamos, y mucho más limitadas aún son las horas de sueño con calidad. Está demostrado que conforme nos hacemos mayores la estructura del sueño se modifica, teniendo un sueño más ligero y, en muchas ocasiones, menos reparador. Normalmente, los adultos mayores suelen tener más dificultades para conciliar el sueño a la hora de ir a la cama, tardando más tiempo en dormirse y pudiendo despertarse más facilmente ante cualquier estímulo. Este sueño tan frágil puede hacer que se lleguen a despertar varias veces en la noche y no consigan obtener un descanso de calidad, lo que en muchas ocasiones les empuja casi inevitablemente a practicar la siesta a deshora. Estos problemas de sueño pueden ser perjudiciales también en su desarrollo diario, ya que debido a esto pueden encontrarse más cansados, somnolientos o con un nivel de alerta o vigilancia menor.
La realidad es que, aunque estos problemas en relación al sueño están explicados en gran parte por las alteraciones fisiológicas propias de la edad, hay otros factores que pueden alterar el descanso. Algunos de estos factores pueden ser los tratamientos farmacológicos a los que nos sometemos (cómo los antidepresivos o corticoides), el consumo de tóxicos como la cafeína o el alcohol, el consumo de sustancias o las enfermedades psiquiátricas. Además, es probable que con la edad desarrollemos un trastorno del sueño que, de forma primaria, sea el responsable de la falta de descanso.
Algunas de las alteraciones del sueño más comunes en edad avanzada son:
- Trastornos respiratorios del sueño tales como el síndrome de apneas-hipopneas (SAHS). Estos trastornos suelen darse con más frecuencia en personas mayores y son bastante comunes en pacientes mayores de 65 años.
- Movimientos periódicos de las piernas durante el sueño, lo que llamamos el Síndrome de pierna inquieta. Este es otro de los trastornos que suele aparecer conforme aumenta la edad, llegando a tener presencia en el 45% de los pacientes mayores. Se caracteriza por movimientos repetitivos que se dan con una muy alta frecuencia, llegando a ocurrir varias veces al minuto, siendo motivados por una sensación de hormigueo que hace que la persona se mueva en la cama o incluso tenga la necesidad de levantarse para caminar.
- Insomnio. Este se caracteriza por un sueño con despertares frecuentes y tremendamente fragmentado por este motivo.
- Otra de estas alteraciones, aunque menos conocida, es el trastorno de conducta del sueño REM. Esta alteración se caracteriza por darse una total ausencia de atonía muscular que suele acompañar a la fase REM del sueño, por lo que los pacientes suelen tener una alta actividad motora durante el descanso.
Debemos tener en cuenta que además de todas estas alteraciones primarias, los pacientes que sufren algún tipo de demencia tienen también alta predisposición a sufrir alteraciones del sueño tales como insomnio, hipersomnia, alucinaciones, o trastornos de la conducta del sueño. Siendo estas alteraciones más frecuentes en las fases más tardías de la demencia.
Todas las alteraciones del sueño descritas, tal como decíamos al principio, con mucha probabilidad pueden afectar al paciente en sus capacidades cognitivas. En muchos casos estas alteraciones hacen que el paciente pase gran parte del día en estado de somnolencia, provocan una ausencia de descanso y pueden acarrear riesgos cerebrovasculares, enfermedades neurodegenerativas, obesidad, etc.
Es por esto que, si pensamos que algún familiar puede tener alteraciones en el sueño o percibimos que nosotros mismos podemos sufrirlas, debemos empezar a trabajar para ponerle remedio con los tratamientos adecuados, comenzando lo antes posible para así evitar posibles alteraciones secundarias o incluso impedir la cronicidad del problema.
En primer lugar, es muy importante que entendamos que la solución de cualquier problema de estas características pasa por la ayuda de los profesionales médicos. No dudes en consultar estas alteraciones con los profesionales adecuados que serán los encargados de prescribir el tratamiento que mejor se adapte a tus problemas. Además de seguir las indicaciones médicas, nosotros desde casa también podemos implantar una serie de cambios que puedan ayudarnos a conciliar un sueño más reparador o a poder incluso conseguir una rutina de descanso mejor.
Dentro de estos cambios podemos introducir:
- Intentar realizar las actividades de mayor intensidad física o mental. Siempre antes de media tarde, evitando así estar muy ocupado en las horas cercanas al sueño.
- Hacer ejercicio físico de forma regular.
- Procurar la exposición de luz intensa a altas horas de la tarde, para así retrasar la maduración del sueño hasta su hora adecuada.
- Llevar unos hábitos de vida lo más organizados y estables posible para acostumbrarnos así a la rutina, tanto en el sueño como en otros aspectos relacionados con el mismo (salidas de ocio, tiempo de deporte, comidas…)
- Evitar el consumo de tóxicos como el tabaco o el alcohol.
- Cuidar el entorno para intentar crear una atmosfera lo más placentera posible en relación al sueño. Esto pasa por dormir en sitios de luz tenue, intentando evitar ruidos y elementos distractores.
- Iníciate en algún tipo de relajación que pueda conseguir llevarte a un estado de calma propicio para iniciar el sueño.
Esperamos que esta información pueda ayudarte a distinguir las diferentes alteraciones de sueño que se pueden presentar, sabiendo hasta donde podemos actuar nosotros desde casa y teniendo claro que debemos consultar con los profesionales adecuados en el momento en que estas alteraciones sean significativas, frecuentes, y lleguen a alterar nuestros hábitos y actividades diarias.
Referencias:
Royuela Rico, A., Conde López, V. J., & Macías Fernández, J. A. (2000). Calidad de sueño en ancianos. Psiquis (Madr.), 21(1), 32-39.