El informe pericial en Violencia de Género
Con motivo del día de la Mujer, el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género ha hecho público los datos estadísticos relativos al último año en esta materia. Concluyen que hasta la fecha, 51 mujeres han resultado asesinadas en España (ver).
Las sentencias condenatorias por violencia de género así como las denuncias relacionadas con esta causa han aumentado en el último año, llegando a máximos históricos, acumulándose un total de 40.495 denuncias de las cuales el 70.46% resultaron condenatorias (ver).
Los barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) reflejan que la sociedad está preocupada por la violencia machista, un 4,2% de los encuestados lo situó entre los tres principales problemas del país.
Estos datos ponen de manifiesto la necesidad tanto a nivel social como en el sistema de justicia para hacer frente de forma eficiente a los problemas que se derivan de la violencia de género.
Desde el ámbito de la psicología, se ha hecho especial hincapié en la especificidad de este tipo de violencia, desde su concepción como su abordaje, hacen de la violencia de género un tipo de agresión que traspasa el plano físico, y que afecta al plano psicológico.
El daño psíquico viene determinado por la afectación que supone el acto delictivo en la salud mental de una persona. En violencia de género, el TEPT (Trastorno de Estrés Post Traumático) es la huella más frecuente que se encuentra entre las víctimas.
En un contexto judicial, es necesario demostrar estas lesiones o secuelas derivadas de la violencia sufrida, para poder así restaurar el daño. La Psicología Forense es la especialidad que se encarga de evaluar y discernir el grado de afección de la víctima.
La tarea del psicólogo forense consiste en realizar dicha evaluación y posterior informe que servirá como prueba judicial, pero es necesario que esta prueba sea el resultado de una exploración exhaustiva y veraz.
Para llevar a cabo el doble cometido de evaluar tanto, la huella psicológica, como la credibilidad del testimonio de la víctima, se suele emplear un protocolo estandarizado y validado, el SEG (Sistema de Evaluación Global (Arce y Fariña, 2006), adaptado a casos de violencia de género. El objetivo es reflejar de manera fidedigna la realidad vivida y sufrida por la víctima de violencia de género.
El trabajo del psicólogo forense conlleva una gran responsabilidad. Por un lado, debe ser los más riguroso posible, tanto en la evaluación como en el posterior informe pericial, ya que de éste depende que resulte probado o no los episodios de violencia, y por ende, resulte probado el daño psicológico de la víctima y las secuelas que ha podido causar.
Por otro lado, es necesario destacar otro proceso paralelo que se origina durante el proceso judicial. La victimización secundaria de la víctima de violencia de género. En otras palabras, los daños de dimensión psicológica o patrimonial que sufre la víctima como consecuencia del proceso penal en el que se ve inmersa.
Durante este proceso, la víctima tiene que volver a relatar los hechos ante Policía, abogados, jueces, fiscales, asistentes sociales, psicólogos…etc., lo cual supone un coste emocional enorme, ya que se ve obligada a revivir todo lo que ha sufrido, originando sentimientos de vergüenza, culpa, tristeza, desamparo o temor.
Por este motivo, el profesional que realice la evaluación, debe ser un psicólogo forense con formación y experiencia, para que, sin abandonar la objetividad y rigurosidad en su trabajo, no se produzcan en la persona evaluada (que no hay que olvidar que es una víctima) estos sentimientos negativos y dolorosos.
Por desgracia, la violencia de género es un problema social, que afecta a todos. Por eso es necesario reivindicar un trato justo y humanitario a estas víctimas, desde el momento que se arman de valor y deciden denunciar su situación, hasta el momento en el que se resuelva su causa.
La psicología forense cuenta con los profesionales necesarios, y con las herramientas y conocimientos necesarios para que estas mujeres víctimas de violencia de género puedan defenderse y reclamar ante la Justicia el horror vivido, y el daño que les ha supuesto.
Arce, R., y Fariña, F (2006). Psicología del testimonio: Evaluación de la credibilidad y de la huella psíquica en el contexto penal. En Consejo General del Poder Judicial (Ed), Psicología del testimonio y prueba pericial (pp.39-103). Madrid: Biblioteca Nueva. Macarena Fernández Sánchez. Psicóloga Forense de Centro Psicosanitario Galiani