Existe la creencia en nuestra sociedad de que la existencia de Familias Reconstituidas puede considerarse un tema relativamente moderno, a pesar de que este modelo familiar ha existido siempre, incluso algunos tipos de ellas en mayor número que en la actualidad. Lo que ocurre es que este tipo de familias requieren un abordaje diferenciado, y esto, sumado a los avances en la sociedad, ha derivado en la necesidad de profundizar en su conocimiento.
Respecto a su definición, una muy acertada es la de Emily y John Visher (1988) que establece como condición para que podamos hablar de una Familia Reconstituida, la existencia de al menos un hijo de una relación anterior. Así pues, una Familia Reconstituida es la formada por una pareja adulta en la que al menos uno de los cónyuges tiene un hijo de una relación anterior.
Destacamos varios tipos de Familias Reconstituidas:
- Familias provenientes de un divorcio, en la cual uno de los cónyuges tiene hijos previos.
- Familias provenientes de un divorcio, en la cual los dos cónyuges tienen hijos previos. Es el modelo más complejo.
- Divorciado/a que tiene hijos, y cuyo ex-esposo/a se ha vuelto a emparejar.
- La Familia Reconstituida más antigua es la que proviene del fallecimiento de uno de los cónyuges. El padre o la madre viudo o viuda se vuelve a emparejar y aparece la figura de lo que conocemos como padrastro o madrastra.
El último tipo de Familia Reconstituida era antes la más frecuente, debido a que la posibilidad de que la familia se quedara sin el padre o la madre era elevada. A día de hoy, la asiduidad con la que se producen los tres primeros tipos de familias, ha conllevado un incremento de la atención sobre el tema.
Una de las características fundamentales de este tipo de familias es que son familias en transición, es decir, familias que tienen que asumir un número importante de cambios en un corto período de tiempo, al menos más corto de lo que es habitual en las Familias Convencionales, y que por lo tanto no figuran en la expectativa vital de sus miembros.
Diversos autores (Visher y Visher, 1988; Ginwald, 1995; Berger, 1998) han encontrado diferencias significativas entre las que podemos llamar Familias Convencionales y las Familias Reconstituidas.
Algunas de las diferencias son de estructura:
- Una Familia Convencional consta habitualmente de dos adultos que tienen uno o más hijos en común.
- En las Familias Reconstituidas tenemos también dos adultos, y al menos un hijo procreado por uno sólo de los adultos, o bien varios hijos procreados por los dos adultos, pero con otros adultos que no coinciden.
En el primer caso está bien claro a quién corresponde las obligaciones conyugales y parentales. Sin embargo, en las Familias Reconstituidas las obligaciones conyugales y parentales no corresponden en exclusiva a la nueva pareja sino que, puede haber otra persona o personas con obligaciones y derechos parentales.
Por otro lado, en la Familia Convencional los miembros suelen tener unos límites bien definidos, se sabe a quién incluye y a quién excluye, por lo que las fronteras son biológica, legal y geográficamente evidentes. Mientras que en el sistema de la Familia Reconstituida encontramos unos límites más imprecisos, la condición de miembro no está claramente definida, puede que no haya consenso acerca de quién forma parte de la familia, algunos de ellos pueden ser simultáneamente miembros de dos sistemas familiares distintos. Es decir, sus fronteras son biológica, legal y geográficamente difusas.
Algunas cuestiones claves son:
- Tema financiero y vivienda:
Siempre que sea posible, es aconsejable mudarse a una nueva casa o hacer reforma en la vivienda de uno de los dos cónyuges para adaptarla a las nuevas necesidades.
En cuanto al tema económico, hay que aclarar si habrá aportaciones individuales o una sola cuenta común. Las diferencias de trato económico en relación a los hijos de cada uno (colegio, ropa…) pueden ocasionar numerosos conflictos.
- Tiempo y comunicación:
Es aconsejable pactar normas, poco a poco, y saber ubicar a la nueva pareja en la relación con los hijos.
Hay que facilitar el paso a esta nueva etapa de familia, ir creando el sentido de pertenencia, buscar y aprovechar los puntos de unión, por ejemplo a través de actividades comunes.
- Pactar normas de educación:
Es muy importante no usurpar nunca el papel del otro. Además, sería apropiado que la nueva pareja estableciese, en primer lugar, una relación con los hijos que se asemeje más a la de un amigo o consejero, en lugar de adoptar el rol de alguien que impone disciplina sin haber formado un vínculo previamente.
En Centro Psicosanitario Galiani disponemos de los últimos avances para garantizar una intervención global eficaz que abarque todos los aspectos de las personas, con el objetivo de aprender a gestionar de manera adaptativa las emociones derivadas en la formación y establecimiento de una Familia Reconstituida, asegurando un adecuado afrontamiento de la situación por parte de todos sus miembros.
Referencias:
González, P. (2016). Familias reconstituidas: todo un máster en el manejo de las emociones. EFE: SALUD. Recuperado de https://www.efesalud.com/familias-reconstituidas-todo-un-master-en-el-manejo-de-las-emociones/.
Pereira, R. (s.f.). Familias reconstituidas: La pérdida como punto de partida. Perspectivas Sistémicas: La nueva comunicación. Recuperado de http://www.redsistemica.com.ar/reconstituidas.htm.