Muchas veces se da que, cuando suena la palabra neuropsicología, obtenemos una respuesta de extrañeza e incomodidad por parte de la persona que nos escucha. Esto ocurre por la ignorancia del término y sobre todo ante la incertidumbre del funcionamiento de este campo. Una pregunta muy frecuente a la que nos enfrentamos los neuropsicólogos es: “¿qué me van a hacer?”. Ante esta reacción constante, y siendo completamente necesario, en esta entrada vamos a intentar acercar la neuropsicología a una población que cada vez necesita más de ella pero que a su vez la desconoce.
Si enmarcamos la neuropsicología dentro de la historia, ya en el año 1824 se empezaban a hacer las primeras aproximaciones entre cerebro y conducta de una manera evidentemente rudimentaria pero que fue capaz de sentar unas bases donde empezar a construir (Tirapu y Muñoz, 2001). Es destacable que desde los años 70 hasta la actualidad, la neuropsicología ha tenido un ascenso notable en sus campos de actuación y en sus avances. De hecho se piensa que es el área dentro de la psicología que más ha crecido durante este periodo (Ardila y Rosselli, 2007). En los últimos años, los neuropsicólogos hemos pasado de encargarnos mayoritariamente de problemas cognoscitivos y comportamentales del daño cerebral a introducirnos también en el estudio y rehabilitación de los problemas infantiles como los trastornos del desarrollo y de los aspectos relacionados con el envejecimiento como las demencias, el deterioro cognitivo asociado a la edad, etc. (Ardila y Rosselli, 2007).
La neuropsicología es un campo que acerca posiciones entre la psicología y la neurología, es decir, entre lo conductual y lo anatómico. Si profundizamos en este concepto, podremos afirmar que los neuropsicólogos nos dedicamos a trabajar todos aquellos cambios que surgen en la persona a raíz de cualquier alteración cerebral, ya sea a nivel anatómico o funcional. Así como al trabajo de potenciación de la funcionalidad de las personas sanas.
A rasgos generales, igual que los psicólogos clínicos trabajan creencias, aspectos emocionales y conductuales; desde la neuropsicología trabajaremos siempre sobre las llamadas “funciones cognitivas”. Esto no es más que un grupo de habilidades que nos ayudan a resolver los problemas del día a día de manera eficaz y a ser eficientes en nuestras tareas específicas.
Generalizando y dando sólo unas pinceladas claves para comprender este ámbito, vamos a dividir la población en dos grandes grupos de trabajo. Por una parte, desde la neuropsicología se abarcará el trabajo de personas con daños o alteraciones cerebrales adquiridas tanto a nivel anatómico como funcional. Por otra parte tenemos una gran mayoría de población que no presenta ningún daño neurológico a nivel funcional ni estructural pero se encuentra en situación de necesidad de trabajar sus funciones cognitivas para potenciarlas por el motivo que sea. En el primero de ellos estarán todas aquellas personas que han sufrido accidentes, intervenciones quirúrgicas, traumatismos o ictus; además de todas las personas diagnosticadas de enfermedades que afecten de manera primaria al funcionamiento cognitivo o lo hagan de manera secundaria. En el segundo de los grupos entraría una gran mayoría de la población que a pesar de no tener diagnóstico y definirse como sanas y sin ningún problema a nivel neurológico, necesitan por cualquier motivo un trabajo en su funcionalidad cognitiva para potenciarla. Este sería el caso de adultos de avanzada edad que no quieren perder habilidades, niños que necesitan potenciar ciertos aspectos para mejorar su nivel curricular, etc.
En ambos grupos podemos encontrar un público tanto de pacientes adultos como de niños, y con ambos se trabajará para el mismo fin aunque la metodología será diferente y adaptada a su edad, entre otras cosas.
Aclarado el concepto de la manera más escueta posible, nuestra intención desde el Centro Psicosanitario Galiani es dejar claro que la neuropsicología está más cerca de lo que pensamos, en la cotidianidad del día a día y en cada trabajo que desempeñamos. Debemos eliminar la idea lejana de la neuropsicología como ‘trabajo de hospital y bata’, centrado en enfermos graves, dado que la realidad es completamente diferente.
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Referencias
- Ardila, A., y Rosselli, M. (2007). Neuropsicología clínica. México: El Manual Moderno.
- Muñoz, J. M., y Tirapu, J. (2001). Rehabilitación neuropsicológica. Madrid: Síntesis.