Hay diferencias interculturales a la hora de establecer determinados rituales cuando se establece un duelo.
En España, el día de todos los Santos suele tener un lugar privilegiado en el corazón de muchos y en las costumbres establecidas para muchos de nuestros pueblos con una transmisión familiar y comunitaria. El duelo es un proceso que suele compartir una serie de etapas, que no siempre ha puesto de acuerdo a los especialistas en la forma de llamarlos o el orden establecido; pero sí en que se vive un proceso diferente en cada persona con ciertas etapas muy parecidas y universales. También depende del tipo de pérdida que tengamos.
Para la elaboración del duelo, la sociedad en la que estamos inmersos hace uso de los rituales, lo cuales nos ayudan a resituarnos en la nueva en la nueva etapa que nos encontramos tras la pérdida. Según Van der Hart (1983), hay una distinción en el ritual de un aspecto formal y un aspecto vivencial, que forman un todo indisoluble. Un rito desde el aspecto formal prescribe un conjunto de acciones simbólicas que han de ejecutarse de un modo determinado y en cierto orden (tiempo y lugar adecuados) y pueden o no estar acompañados de fórmulas verbales. El componente vivencial implica la exigencia de un fuerte compromiso en su realización, sin el cual la experiencia carecería de significado privado, convirtiéndose en lago vacío. Las funciones más relevantes de los rituales son:
- Regular el funcionamiento social y familiar, permitir una evolución suave.
- Transmitir la cultura, valores y normas de una generación a otra en grupos y familias.
- Coordinar el pasado, presente y futuro social y familiar.
- Señalar y respaldar las transiciones del ciclo vital.
- Aportar significados a las conductas, pensamientos y afectos, evocar emociones intensas que unen, en una misma experiencia, fenómenos diversos.
Lo que ocurre es que, a pesar de conservar en muchos de los pueblos y ciudades que nos rodean rituales para ello, la sociedad es cada vez más independiente e individualista, dónde, ya sea por tiempo, ganas, o situación vital en un mundo poco cohesionado, dónde la conciliación familiar es difícil y la familia cada vez es menos extensa y se están perdiendo los rituales.
En la cultura occidental actual se ha perdido en gran medida ese bagaje cultural que guiaba el trabajo del duelo en un ambiente de contención y compañía, haciendo necesarias en mayor medida la intervención del profesional.
Mi experiencia en la psicología sanitaria, y en especial en los duelos, me hace ver que cada vez nos da más miedo la transmisión de rituales a nuestros hijos o familiares queridos, ya que tememos adelantarles un sufrimiento que queremos ahorrarles, cuando la realidad es otra; necesitamos de rituales para situar y procesar las vivencias de pérdidas tras la muerte de un ser querido.
Esto nos permite contextualizarlo, y de alguna manera materializarlo en nuestra memoria, nos podemos permitir expresar nuestras emociones y ser acogidos por familiares y amigos en nuestro dolor, además de darle a la persona fallecida una despedida, permitiéndonos pasar a una nueva etapa vital sin el ser querido. Es necesario darle un contexto a unas emociones y vivencias por las que pasamos en nuestro ciclo vital.
Es necesario canalizar el estrés que supone la muerte de un ser querido, el ritual nos permite esto precisamente.
Permitamos contextualizar nuestras emociones tras la pérdida y expresar lo que sentimos, respetando cualquiera de la gama de sentimientos que puedan aflorar, según el tipo de duelo vivido. Os animo a compartir estas fechas de algún modo, el que cada familia desee sin encorsetarnos por el “lo que debo hacer” el sentido lo da la propia familia o persona que tiene la vivencia.
En Centro Psicosanitario Galiani optamos por un abordaje integral de la persona, tenemos un Área Psicología y Psiquiatría Clínica en el Adulto dónde se encuentra ubicada nuestra Unidad Duelo, dónde podemos trabajar todos esos duelos que han quedado enquistados, o que uno siente que le superan.
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Referencias
Espina, A., Gago, J., y Pérez, M. (2005). Sobre la elaboración del duelo en terapia familiar. Revista de psicoterapia, 4(13), 77-87.
González, I. (2014). Revista Electrónica de Psicología Iztacala. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 17(3), 1058-1078.
Worden, J. (1997). El tratamiento del duelo: asesoramiento psicológico y terapia. Barcelona: Paidós.