Aristóteles ya dijo en el año 384 a.C que “La psique (alma) y cuerpo reaccionan complementariamente uno con otro, en mi entender. Un cambio en el estado de la psique produce un cambio en la estructura del cuerpo y, a la inversa, un cambio en la estructura del cuerpo produce un cambio en la estructura de la psique”.
Siglos más tarde, en el S.XVI, Francis Bacon afirmó lo siguiente: “Nos preguntamos cómo el humor puede afectar el cuerpo y alterar el trabajo de la mente, o igualmente, cómo las pasiones o temores de la mente pueden alterar el trabajo de nuestro cuerpo”.
Ya en el siglo XX, Ludwing von Bertanlanffy dentro de su libro ‘Teoría General de Sistemas’ nos dice: “El ser humano es un sistema abierto íntimamente relacionado con todo lo que le rodea. Con esa Teoría de los Sistemas, al desarrollar principios unificadores que atraviesan verticalmente los universos particulares de las diversas ciencias involucradas, nos aproximamos al objetivo de la unidad de la ciencia”.
Estas afirmaciones nos demuestran que el ser humano desde siempre se ha planteado la dualidad cuerpo-mente, cómo los cambios en nuestro sistema de creencias pueden producir cambios a nivel físico, y cómo los cambios en nuestro cuerpo pueden provocar cambios en nuestra mente.
Las evidentes expresiones somáticas de los desequilibrios psíquicos nos llevan a establecer la vía antagónica; es decir, si los trastornos psíquicos producen indudables efectos somáticos, no cabe duda que las correcciones de los defectos somáticos deben producir el alivio de las psicopatías que los produjeron. Y en esta última afirmación es donde enmarcamos el trabajo del fisioterapeuta en conjunto con el psicólogo, dentro de la Unidad de Psicofisioterapia.
La base de la Fisioterapia en Salud Mental es la optimización del bienestar y el fortalecimiento de la persona mediante la promoción de la actividad física, el ejercicio físico, la conciencia del movimiento y el movimiento funcional, reuniendo a la vez los aspectos físicos y mentales. Por tanto, entendemos que el trabajo del cuerpo a través del movimiento, así como crear conciencia del movimiento es una herramienta fundamental para abordar diferentes alteraciones emocionales, tales como: depresión, trastornos de ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria, etc.
De sobra son conocidos los efectos beneficiosos que tiene el ejercicio físico en las personas, algunos de ellos son:
- Mejorar las cualidades físicas del individuo como la fuerza, el equilibrio, la coordinación, la flexibilidad y la estabilidad.
- Mejorar la calidad del sueño.
- Mejorar los patrones de movimiento y postural.
Aunque, lo más interesante dentro de la Unidad de Psicofisioterapia son los efectos del movimiento como herramienta de expresión emocional, de estimulación sensorio-motor, de aprendizaje cognitivo, de reconocimiento del propio cuerpo y de la capacidad de la persona para explorar planos de movimiento nuevos, así como la ubicación y la exploración del espacio del propio individuo.
En resumen, a la luz de recientes investigaciones y teniendo en cuenta la necesidad de englobar la salud dentro del paradigma bio-psicosocial, no es de extrañar que para obtener una eficacia óptima en nuestros tratamientos debamos de contar con un equipo de trabajo interdisciplinar que esté capacitado y formado para obtener los mejores resultados y proveer de una mejor calidad de vida a todas las personas que lo necesiten.