La otra tarde en la consulta, una paciente de unos 45 años me estaba relatando cómo se siente ante determinadas situaciones de estrés:
«Se me acelera el pulso, empiezo a sentir calor en el cuello, cabeza y pecho. Mi respiración se acelera, pero es como si no entrara suficiente aire. Intento respirar más profundo, pero tengo un bloqueo aquí. —Se señala a la altura de las costillas bajas—. Que me impide tomar más aire. Y claro, esto me provoca mucha angustia porque verdaderamente siento que me asfixio. Intento hacer las respiraciones profundas tal y como me recomendaron, pero parece que todo lo que me está ocurriendo en ese momento empeora«.
Mientras se expresaba, observaba la postura de aquella mujer: tenía los hombros echados hacia delante, estaba como encogida, cabizbaja y con una respiración que se adivinaba muy acelerada y superficial.
Lo primero que hice fue tranquilizarla, decirle que su problema tenía fácil solución y, acto seguido, le propuse explicarle algo de anatomía. Ella me miró sorprendida porque no entendía muy bien la importancia de aquello, pero aún así accedió.
¿Qué es el diafragma?
El diafragma es un músculo cuya principal función es la respiración. Este músculo tiene forma de cúpula y se inserta en todo el reborde costal, de manera que cuando inspiramos el músculo se contrae y baja, produciendo una expansión costal, y cuando espiramos, se relaja y vuelve a su posición original, provocando que las costillas se cierren.
Imagínate que ese músculo se tensa o se pone rígido, como cuando tienes una contractura cervical, y no se mueve de la forma en que debería moverse. ¿Qué ocurriría? Pues que cuando inspiramos las costillas no se abren lo suficiente, si no se produce esa expansión costal, no entra suficiente oxígeno en los pulmones y no llega en la cantidad que debiera al resto de las células del cuerpo. ¿Qué hace nuestro cuerpo? Aumenta la frecuencia respiratoria para que entre más oxígeno y aumenta la frecuencia cardíaca para que el corazón bombee más sangre a todas las partes del cuerpo. El problema de esta situación es que, si se mantiene mucho tiempo, provoca mucho gasto energético y, a medio plazo, produce el desencadenamiento de diferentes reacciones fisiológicas que hace que esta situación no se pueda mantener por más tiempo. Por eso, tú sientes que te falta el aire y que si intentas hacer las cosas que te han recomendado, empeora todo. Porque tu diafragma no trabaja en condiciones óptimas y encima, le demandamos más trabajo intentando hacer las respiraciones profundas. Lo que tenemos que hacer es valorar el estado de tu diafragma y devolverlo a una situación de tono normal que le permita trabajar en condiciones de eficacia.
Debido al ritmo de vida vertiginoso que llevamos y al estrés al que estamos sometidos constantemente, se producen el desencadenamiento de reacciones en el cuerpo que repercuten negativamente en nuestra salud física y mental. Por todo esto, se hace necesaria una intervención multidisciplinar en el tratamiento de crisis de ansiedad.
En Centro Psicosanitario Galiani, pensamos que la mejor manera de intervenir en estos casos es mediante un tratamiento psicológico, donde te podemos ayudar a superar los obstáculos que te puedas encontrar, y un tratamiento fisioterapéutico, donde te ayudaremos a identificar las estructuras que puedan verse alteradas y/o dañadas y que puedan estar provocando alguna interferencia en el transcurso de tu recuperación.
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